30 marzo 2009

¡SAN QUEREMOS¡ Maria José (4ª entrega)



Los domingos, el cortijo tenía lleno total, sobre todo en verano: era temporada alta. Los más zagalones hacíamos reserva para un par de meses.
Tres familias se reunían a pasar buenos ratos, alrededor de una buena mesa, donde no faltaban, ni risas ni múltiples historias y si no “San Queremos”.
Algún que otro verano nos visitaban nuestros primos de Barcelona. Los que de alguna manera, siempre estuvieron presentes con nosotros. Ir al haza de los olivos, que ya no tenía presencia alguna de estos árboles, era visita obligada, pues tenía melocotones que los niños vigilábamos de los bañista para que nos los recogieran con anticipación. A veces hasta nosotros, si no estudiábamos el terreno, quedábamos atrapados en el barro, porque estaba recién regado.
Nos gustaba encaramarnos en los cerezos y comer hasta hartarnos. Como siempre las mejores eran las más altas o las picoteadas por los pájaros.
Sus pimientos, que fritos en buen aceite y bien acompañados por el pan de la Peza y un huevo frito era lo que nos gustaba comer por las mañanas.
María José B.R.

0 comentarios: